Recetas con hongos: salteando champiñones en una sartén

Recetas con hongos: una guía completa para cocinar con champiñones y otras setas

Descubre por qué las recetas con hongos pueden transformar tu forma de cocinar: sabores intensos, platos fáciles y una versatilidad que sorprende.


Recetas con hongos: Variedad de hongos comestibles

Hay ingredientes que se ganan un lugar en tu cocina casi sin que te des cuenta. Para mí, los hongos fueron uno de esos descubrimientos que pasan de curiosidad a costumbre. Al principio, ni siquiera sabía cómo cocinarlos bien. Compré champiñones portobello en el supermercado sin mucha idea de qué hacer con ellos. Acabaron en la sartén con un poco de ajo y tomillo, y desde entonces, los hongos se volvieron imprescindibles en mi cocina.

No es sólo su sabor profundo, ni su textura firme y jugosa. Es su versatilidad, su capacidad para adaptarse a casi cualquier receta sin perder su esencia. Puedes hacer desde una crema de champiñones con la típica receta de la abuela hasta un risotto de boletus o una simple tosta con champiñones al ajillo y vino blanco. Y cada vez, aportan algo diferente, algo que no se consigue con ningún otro ingrediente.

Si te interesa explorar más allá del mundo de las setas, te invito a echar un vistazo a todas las recetas caseras que suelo preparar y donde clasifico cada plato por su ingrediente principal, o tipo de preparación; para que encuentres justo lo que te apetece cocinar.

En este artículo te voy a mostrar todo lo que he aprendido cocinando con setas y hongos: qué variedades usar, cómo tratarlos, y sobre todo, cómo sacarles el máximo partido con recetas sabrosas, fáciles y muy resultonas. Vamos allá.

Variedades de setas y hongos: un mundo por descubrir


Cuando empecé a interesarme por las setas, mi mundo se reducía a los clásicos champiñones blancos. Pero poco a poco empecé a explorar más: shiitake, ostra, portobello, rebozuelos, níscalos, boletus... cada variedad tiene su personalidad, su textura y su sabor.

El champiñón portobello, por ejemplo, es una delicia para saltear y para rellenar. Su tamaño y firmeza lo hacen perfecto para preparar champiñones rellenos en air fryer o en horno. El shiitake tiene un sabor más potente, ideal para sopas de setas o salteados asiáticos. Los níscalos tienen un sabor intenso y terroso, que combina de maravilla con patatas o en guisos de carne al champiñón. Y no podemos olvidar los boletus, protagonistas indiscutibles del risotto de setas.

Aprender a cocinarlas ha sido parte del proceso. Hay que saber cuándo dejar que doren sin moverlas, cuándo añadir la sal para que no suelten agua de más, y cómo limpiarlas sin empaparlas. Cada hongo tiene su truco, pero una vez los dominas, abren un abanico infinito de posibilidades en la cocina.

Consejos para seleccionar y preparar hongos frescos


Hombre seleccionando champiñones en el supermercado – recetas con hongos

Una de las cosas que más me costó al principio fue saber elegir setas frescas y tratarlas bien. Aquí van algunos trucos que me han funcionado:

  • Elige bien en el mercado: Los hongos deben estar firmes, sin manchas oscuras ni humedad excesiva. Si tienen un aroma fresco y terroso, es buena señal. Los champiñones grandes, por ejemplo, son geniales para rellenos, mientras que los pequeños son ideales para salsas o cremas.
  • Limpieza sin agua (o con cuidado): A menos que estén muy sucios, evita mojarlos. Usa un paño húmedo o un cepillo suave para quitar la tierra. Si necesitas lavarlos, hazlo justo antes de cocinarlos y sécalos bien.
  • Corte y cocción: No todos los hongos se cocinan igual. Algunos, como los portobello, aceptan cocciones largas. Otros, como los rebozuelos, necesitan poco tiempo para no perder su sabor. Siempre que quieras dorarlos, usa fuego fuerte y no los amontones en la sartén.

Estos detalles, aunque parezcan pequeños, marcan la diferencia.

Recetas imprescindibles con hongos para cada ocasión


Hombre cocinando salteado de champiñones portobello – recetas con hongos

Entrantes y aperitivos

Si hay una receta que nunca falla cuando tengo visitas, es una tosta de champiñones al ajillo con vino blanco y perejil. El secreto está en dejarlos dorar sin moverlos demasiado, y añadir el vino justo cuando empiezan a caramelizarse. Sobre una rebanada de pan rústico, son puro sabor umami.

Otro clásico que siempre me funciona es hacer champiñones rellenos con queso y jamón. También los he probado en freidora de aire y salen crujientes por fuera, jugosos por dentro. A veces los relleno con sobras de pollo con salsa de champiñones del día anterior. Una maravilla.

¿Y qué tal un revuelto de setas con huevo y un poco de cebolla caramelizada? Rápido, sencillo y delicioso. O si te animas, unas croquetas de boletus o de setas shiitake, que son el bocado perfecto para cualquier aperitivo elegante.

Platos principales

Aquí es donde los hongos sacan su artillería pesada. Uno de mis platos estrella es el risotto de setas. A veces uso boletus, otras veces champiñones laminados con un toque de parmesano. Lo preparo cuando quiero quedar bien sin complicarme. Y si lo combinas con pechuga de pollo, ya tienes el clásico risotto de champiñones y pollo.

Otro favorito es el pollo en salsa de champiñones. Puede parecer simple, pero si le añades crema de leche y una pizca de nuez moscada, se convierte en un plato de restaurante. También lo preparo con pechuga de pollo en salsa de champiñones para cenas rápidas y sabrosas.

Si buscas algo vegetariano, una crema de champiñones casera con pan tostado es reconfortante y elegante. Y si estás más creativo, prueba una empanada de setas, una quiche de champiñones o incluso unos spaghettis con champiñones, ajo y perejil. Todo con ingredientes sencillos y resultados sorprendentes.

Acompañamientos y guarniciones

A veces no necesitas complicarte. Unos champiñones salteados con aceite de oliva y ajo, bien doraditos, son el acompañamiento perfecto para cualquier carne o pescado.

También hago a menudo una salsa de champiñones para pasta o para carnes, usando nata, vino blanco y un toque de mostaza. Esta salsa va genial con un solomillo con salsa de champiñones y cebolla o con un simple lomo de cerdo.

Y no subestimes el poder de una ensalada de champiñones con rúcula, parmesano y un buen aceite de oliva. Fresca, rápida y con una textura deliciosa.

Cocina de temporada: hongos en otoño e invierno


Recetas con hongos: Un hombre cocina un risotto con champiñones

El otoño es la época perfecta para cocinar con hongos. En los mercados aparecen variedades como los níscalos, boletus y setas silvestres que solo se consiguen en esta época. Me encanta combinarlos con ingredientes de temporada como calabaza, castañas o patata.

Un plato que siempre repito en esta época es el arroz con secreto y setas o el clásico risotto de setas con caldo casero. Si tienes un poco de boletus congelado del año anterior, puedes hacer incluso un risotto de boletus y trufa que no tiene nada que envidiarle a un restaurante.

En invierno suelo preparar una sopa de champiñones, con cebolla, vino blanco y un toque de nata, o incluso una crema de setas más ligera para una cena reconfortante. Siempre me sorprende lo bien que combinan los hongos con platos calóricos sin resultar pesados.

Beneficios nutricionales de los hongos en la dieta


Incorporar hongos a la alimentación diaria, además de ser una delicia para el paladar, también es una apuesta inteligente para cuidar la salud. Estas joyas del reino fungi destacan por su bajo contenido calórico y su alta densidad nutricional, lo que los convierte en aliados ideales tanto en dietas para perder peso como en planes alimenticios equilibrados.

Uno de los principales aportes de los hongos es su contenido en fibra, que favorece la digestión, regula el tránsito intestinal y contribuye a la saciedad. Además, son una fuente rica en vitaminas del grupo B —como la B2, B3 y B5— fundamentales para el metabolismo energético, el sistema nervioso y la salud de la piel.

También contienen minerales esenciales como el potasio, que ayuda a controlar la presión arterial, y el selenio, un potente antioxidante que refuerza el sistema inmunológico y combate el daño celular. De hecho, algunos estudios han señalado que ciertas variedades como el shiitake o el maitake tienen propiedades inmunoestimulantes gracias a sus betaglucanos, compuestos que podrían fortalecer nuestras defensas naturales.

Además, los hongos son una excelente fuente de proteínas vegetales, lo que los convierte en un ingrediente muy valorado en dietas vegetarianas y veganas. Su textura carnosa y su capacidad para absorber sabores los hace especialmente útiles como sustitutos de la carne en platos como el risotto de champiñones, las hamburguesas de portobello o los tacos con setas al ajillo.

En resumen, incluir hongos en la cocina no solo añade profundidad y complejidad a los platos, sino que también aporta una buena dosis de salud. Son un ejemplo perfecto de cómo comer bien puede ser también sabroso, variado y reconfortante.

La magia de los hongos en la cocina diaria


Cocinar con hongos es una experiencia que va más allá de lo culinario. Es una manera de jugar con texturas, sabores y técnicas, de dejarse llevar por la estacionalidad y por lo que uno encuentra en el mercado. Cada vez que veo una nueva variedad, me la llevo como quien se lleva un reto. ¿Quedará bien en risotto? ¿Y con queso curado o huevo poché?

No soy experto en micología, pero sí he aprendido a conocerlos en la cocina: a no moverlos para que doren, a saltearlos justo en su punto, a darles protagonismo sin cubrir su sabor. Los hongos siguen dándome esa chispa de curiosidad que me hace disfrutar más del proceso que del resultado.

Y eso, al final, es lo que convierte a un ingrediente en algo mágico. Que puedas hacer desde una salsa de champiñones para pollo, hasta un risotto con setas shiitake, o la típica receta de la abuela de la crema de champiñones, y que cada vez te inspire a probar algo nuevo. Porque en la cocina, como en la vida, todo empieza con curiosidad… y un buen salteado de champiñones.

Preguntas frecuentes sobre cómo cocinar recetas con hongos y setas


¿Qué hongos son los más sabrosos para cocinar en casa?

A la hora de cocinar en casa, hay hongos que destacan por su sabor, textura y facilidad de uso. Los más sabrosos y populares son los champiñones blancos, los portobello, las setas shiitake y las setas ostra. Cada uno aporta algo diferente al plato: los portobello tienen un sabor más profundo y una textura carnosa ideal para asar o rellenar, mientras que los champiñones blancos son más suaves y se adaptan muy bien a salteados, tortillas o cremas. Las shiitake ofrecen un toque más exótico, y las ostra son muy apreciadas en guisos y salteados por su delicadeza. Todos son fáciles de encontrar y perfectos para preparar recetas con hongos sabrosas y caseras.

¿Puedo sustituir champiñones por otras setas en estas recetas?

Totalmente. En la mayoría de las recetas con champiñones puedes usar otras setas sin ningún problema. Las setas ostra, los portobello o las shiitake funcionan como excelentes alternativas. Solo ten en cuenta que cada tipo de hongo tiene su propia textura y tiempo de cocción: algunos son más delicados y otros más firmes. Por ejemplo, si estás haciendo una crema, da igual cuál uses; pero si vas a hacer un salteado, es mejor elegir una variedad que aguante bien el calor. Lo importante es ajustar la cocción para que no pierdan sabor ni consistencia.

¿Cuáles son las mejores recetas con champiñones para principiantes?

Si estás empezando a cocinar con hongos, hay recetas sencillas y deliciosas para ganar confianza. Una buena crema de champiñones es siempre un acierto: se prepara con pocos ingredientes y tiene un sabor suave pero reconfortante. Otra opción fácil es un revuelto de champiñones con huevos, perfecto para una cena ligera y sabrosa. Y si buscas algo rápido pero resultón, unas tostas de champiñones al ajillo con perejil son ideales: crujientes, aromáticas y listas en minutos. Son recetas básicas que te enseñan a sacar lo mejor de los champiñones sin complicaciones.

¿Qué vinos maridan bien con platos que llevan setas u hongos?

El maridaje perfecto depende del tipo de receta, pero en general, los vinos blancos secos como el Chardonnay o el Sauvignon Blanc realzan muy bien los sabores terrosos y suaves de los hongos. Si el plato lleva más cuerpo, como un risotto o un salteado con ajo y hierbas, un tinto ligero tipo Pinot Noir también encaja perfectamente. Lo importante es que el vino no sea demasiado potente, para no eclipsar el sabor natural de las setas. Los hongos tienen ese umami que combina genial con vinos frescos y equilibrados.

¿Las recetas con hongos se pueden congelar una vez cocinadas?

Sí, muchas recetas con hongos se pueden congelar sin problemas, aunque hay algunos matices. Es mejor evitar congelar preparaciones que lleven nata, leche o quesos, porque al descongelar tienden a separarse y afectar la textura. Si cocinas, por ejemplo, un salteado, un risotto sin lácteos o una salsa básica, puedes congelarlo en porciones pequeñas y guardarlo durante un máximo de dos meses. A la hora de recalentarlo, hazlo a fuego medio para que los sabores se mantengan y la textura no se vuelva gomosa.

¿Hay recetas con setas que no lleven nata ni queso?

Por supuesto. Hay muchísimas recetas con setas que son completamente veganas o sin lácteos y siguen siendo una delicia. Un salteado de setas al ajillo, unas setas a la plancha con aceite de oliva virgen extra o un arroz con setas y verduras son opciones muy sabrosas y saludables. También puedes añadirlas a guisos de legumbres o preparar un salteado estilo asiático con salsa de soja. Las setas tienen un sabor tan rico que no necesitan nata ni queso para brillar en el plato.

¿Qué variedad de hongos va mejor para preparar un risotto?

Para un buen risotto con hongos, lo ideal es usar variedades que aporten sabor y mantengan su textura durante la cocción. Los portobello son una excelente opción por su sabor profundo y carne firme. También destacan las shiitake, que ofrecen un toque más aromático. Si quieres un resultado más sofisticado, puedes combinar boletus deshidratados con alguna variedad fresca. Este tipo de mezcla da como resultado un risotto muy sabroso, cremoso y con ese punto gourmet que tanto gusta.

¿Se pueden usar hongos deshidratados en estas recetas?

Sí, y de hecho, los hongos deshidratados son una excelente opción para tener siempre a mano. Solo necesitas hidratarlos en agua caliente durante 20 o 30 minutos antes de usarlos. Ese mismo líquido de remojo es oro: puedes usarlo como base para caldos, salsas o incluso para enriquecer un arroz o una crema. Las variedades deshidratadas, como los boletus o las shiitake, tienen un sabor más concentrado, por lo que dan mucha intensidad a cualquier receta con hongos.

¿Qué puedo cocinar con hongos?

La verdad es que puedes hacer casi de todo. Los hongos son de lo más versátiles: desde un revoltillo rápido hasta una lasaña vegetal, pasando por cremas, arroces, pastas, risottos, tacos o empanadas. También quedan espectaculares en salteados asiáticos, sopas o incluso como sustituto de la carne en hamburguesas vegetales. Hay recetas con hongos para todos los gustos, desde las más tradicionales hasta las más innovadoras.

¿Qué tan sano es comer hongos?

Los hongos son muy sanos. Son bajos en calorías, ricos en fibra y tienen un buen aporte de vitaminas del grupo B, antioxidantes y minerales como el selenio o el cobre. Además, su sabor umami los convierte en una alternativa sabrosa a ingredientes más procesados o grasos. Incluir recetas con hongos en tu dieta es una forma excelente de añadir sabor y nutrientes sin añadir calorías vacías.

¿Qué alimentos se hacen con hongos?

Los hongos son protagonistas en infinidad de platos. Se usan en sopas, cremas, guisos, hamburguesas vegetales, pizzas, empanadas, pastas y risottos. También forman parte de rellenos, caldos, salsas y snacks como chips de setas. Tanto en la cocina tradicional como en la moderna, los hongos tienen un lugar especial por su sabor y versatilidad.

¿Qué se puede crear con los hongos?

Con hongos puedes crear desde platos rápidos para el día a día hasta propuestas sofisticadas dignas de restaurante. Puedes hacer carnes rellenas con setas, cremas veganas, tostas gourmet, croquetas caseras, ensaladas templadas, y hasta salsas para pasta con un toque elegante. También se utilizan para hacer caldos vegetales concentrados o snacks saludables como las setas deshidratadas al horno. Las posibilidades son casi infinitas si sabes cómo tratarlos.

Perfil de usuario Manuel

Manuel Hernández

Cocinero autodidacta, Manuel descubrió desde joven que cocinar es una forma de crear y conectar. En Sabrosfera comparte recetas honestas, prácticas y llenas de sabor, pensadas para inspirar tanto a principiantes como a amantes de la cocina. Su lema: “Cocinar es compartir, disfrutar y aprender cada día.”

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